os restos vegetales domésticos, mayoritariamente provenientes de la poda de jardinería, se estima que pueden representar más de un 5% del peso de los residuos municipales. Una realidad muy presente en nuestras comarcas, y más teniendo en cuenta cuál ha sido el modelo de crecimiento urbanístico de los últimos años. Es muy importante una correcta gestión de este tipo de residuos, que por sus características pueden generar importantes problemas medioambientales, que lleve a su reaprovechamiento.
Los residuos como hojas, césped o restos de poda de jardines ocupan un gran volumen por su baja densidad y tienen una inflamabilidad muy acusada. Es conveniente llevarlos al ecoparque más cercano, con el fin de asegurarse un tratamiento correcto. Algunos municipios tienen un servicio de recogida específico. Esto restos vegetales se trituran con facilidad, lo que facilita su transporte y valorización. Algunos de los aprovechamientos más frecuentes son las cubiertas vegetales (mulching), combustible para calderas y plantas de biomasa, o sistemas caseros de compostaje.
Hay que evitar depositar los restos vegetales en el contenedor verde de resto no selectivo; ocupa un volumen enorme y puede saturar los sistemas municipales de recogida y gestión. De estat manera también evitamos la llegada de residuos orgánicos a depósitos controlados o plantas de tratamiento de residuos, donde favorecen la emisión de gases, olores y lixiviados. Asimismo las quemas y vertidos incontrolados representan un importante riesgo de incendio, por la alta combustibilidad de los materiales.
En relación al aprovechamiento de los restos vegetales se generan constantemente nuevos proyectos, en el ámbito municipal o de la investigación. Es el caso de un equipo del campus de la Universitat Politècnica en Gandía, que ha incorporado los restos de poda a un nuevo material aislante acústico obtenido totalmente de materiales reciclados, que ofrece unas magníficas prestaciones.
